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LA IMPORTANCIA DEL HERRAJE

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LA IMPORTANCIA DEL HERRAJE

Por Jorge M. Genoud

El casco, vaso o uña es la parte cornificada del pie que toma contacto con el suelo. Tiene las siguientes funciones: 1) proteger sus componentes internos (huesos, articulaciones, flexores y ligamentos) de los agentes que puedan dañarlo, y 2) atenuar las presiones que recibe durante el movimiento, producto del peso del cuerpo y de la reacción del piso.

El casco es una formación que posee la particularidad de crecer normalmente un centímetro por mes y lo hace desde la zona superior (en contacto con los pelos del animal) hacia la inferior que toca el piso. En los caballos que se mantienen sin herraduras puede ocurrir dos situaciones: 1) de equilibrio: la estructura que toma contacto con un piso duro se desgasta habitualmente, y 2) desequilibrio: cuando el suelo es blando no se produce el desgaste y el casco que ha crecido puede deformarse o romperse si no es recortado.

En animales sometidos a un intenso trabajo o deportivos se produce un gran uso o roce del casco; es necesario proteger su deterioro utilizando un herraje normal. En caballos que presentan sus cascos mal proporcionados, defectuosos o con trastornos al andar debe realizarse lo que se llama un herraje correctivo.

Cuando el casco crece en el caballo herrado modifica la estructura física normal y la alineación que tenía el pie con su cuerpo, lo cual se produce un desbalance y debe pensarse en cambiarla por una nueva. La frecuencia en el cambio de la herradura es variable, suele hacerse cada 30 o 45 días. Para realizar el cambio de las herraduras, el herrero comienza su trabajo con la observación de los cascos, primero con el animal parado y luego en movimiento. Luego, con el animal sujetado se sacan las herraduras viejas, se desvasa o recorta el casco para retirar las zonas que han crecido o están en mal estado. Después se elige la herradura adecuada, se la coloca, se introducen y aprietan los clavos para fijarla y se pasa a finalizar el trabajo, remachado y limado. Culmina con una observación final de la labor realizada con el animal en estación, conservando la igualdad de sus estructuras y el mantenimiento de la línea de aplomo. Luego se hará caminar y trotar al caballo, para observar sus movimientos normales.